viernes, 3 de abril de 2015

MI VIDA EN SUIZA



MI VIDA EN SUIZA
La señora Perriset.
El señor Perriset no habla, pero su perfume es bastante elocuente. La lavandera mira con malas pulgas:
¡Lo que tiene una que bregar!
Al mecánico, todavía joven, le pesa la cabeza; tiene prematuras canas, se le cierran los párpados. La señora, repleta en carnes, se mueve de cuerpo y alma de su rendido esposo, como en una romanza a la provenzal:
( Tengo en mis negros ojos los ojos negro de mi amigo.)
La señora Perriset sólo habla con su marido, o, a lo sumo, con los conserjes, hombres experimentaros en toda clase de delicadezas.
(Sabrán ustedes que soy joven y bella anglicana y escocesa.)
Los conserjes podrían abrir una academia de urbanidad; incluso dar clase a los clientes. ¡Han visto tanto en este mundo! Voy a llevarle  a uno de ellos un recordó:
¿Es usted el señor conserje?
Depende; ¿quiere hablar con el número uno o con el número dos?
Digamos, por ejemplo, que deseo hablar con el primero.
Pues tiene usted el honor de estar hablando con el mismo.
Variedades de conserjes, ¡Ah!
Liliana, la camarera regresa cargada del restaurante; el señor Perriser viene del lado opuesto. Lilian hace una finta para evitarlo, pero el señor Perriset abre las alas como un marabú, cortándole el paso. Permanecen un rato mirándose a los ojos, en el centro de la sala. Parece que existe entre ellos cierta intimidad. ¿Estará al corriente la señora Perriset? El director la aparta a un rincón;  le pasa la mano por el talle;  le entrega una llave. Ella la toca si dejar de sonreír; sube las escaleras de las habitaciones. El señor Perriset emprende el mismo camino.
Suzanne ríe y sonríe y hace guiños a Diego. Nuestro hombre corresponde con parecidos gestos; a veces parece desdeñar sus sonrisas, sobre todo cuando comprueba que hemos descubierto el juego.
..Es muy hermosa.., dice Fiore.
..Se interesa por mí.., añade Diego.
..Prodiga sus sonrisas a todo el mundo.., repone Fiore, molesto por su jactancia.
..Tal vez tenga razón. La verdad es que me desagrada esta clase de mujeres. ..
Fiore me dice:
..Mi primo Cesare salió con Suzanne el domingo pasado. ..
Cuenta Fiore la historia de modo que no llegue a los oídos de Diego. Una historia secreta, rica en detalles eróticos, pero historia de todos los días.
En el hueco de la escalera de los hoteles se escupe y se fuma cuando nadie pasa. En el hueco de la escalera de los hoteles, caracol oscuro, ocurren cosas encubiertas de misterio. Esta tarde juegan en el rellano Chicho y Rosa.
Los dos son napolitanos; ella, negra y sucia, niña rosa: su vestido corto y holgado,  ofrece negros de suciedad los ribetes de su pechera. Chicho persigue una promesa de amor. Los dos son jóvenes, napolitanos los dos. ..¡El amor les promete tanta dicha!.. En el hueco de la escalera de los hoteles no hay ningún corazón humano que se conmueva y les diga: .. ! Amaros,  amaros hasta la muerte ¡...

Lausana, Suiza 1970, A Coruña 2014
José Antonio Torres, Luis Suárez.

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