jueves, 7 de abril de 2011

MEMORIAS 5


DONDE DUERMEN DOS CABEN SEIS
El Domingo por la mañana, serian las 10, llamaron a la puerta, yo ya estaba levantado, era Tere la compañera de Luis que empezaba a trabajar al medio día en el hospital, entra y encuentra una masa humana tirada por el suelo ya que yo solo tenía una cama y un sofá, y estaban dentro de sacos de dormir, ¿y esto? Dice ella, le digo que son unos vecinos, ella no entra, me dice que si podemos vernos al medio día en el comedor del hospital, yo le digo que si es cosa de urgencia que si, ella me dice que si, bueno pues nos veremos.

Los compañeros se levantaron, se ducharon y marcharon para sus casas. Ya en el comedor seria la una de la tarde, viene Tere y me dice que ya sabia algo de Luis y de quien estaba acompañado de una de sus mejores amigas, Mari Paz, yo le digo que me parecía que era mentira, por que esta no era del tipo de mujeres que Luis quería, ella me dice que si, bueno una o otra es ya que el compañero no quiere dormir solo, pero tranquila, eres joven y puedes tener mejores que Luis, me pregunta si aun continuo con el mal de la espalda, yo le digo que si y que no puedo coger ningún peso ni la bolsa de la compra, se me ofrece para hacerme las compras si quiero, yo le digo que si, también se ofrece para ponerme una crema antiinflamatoria en la espalda, yo estoy de acuerdo, ya que ella es enfermera y sabe hacerlo, y yo solo no podía.
Al terminar de comer ella se marcho para su trabajo, trabajaba de enfermera el la maternidad, en el mismo hospital que trabajaba yo, en la cocina. A la mañana siguiente, un Lunes sobre las 10, voy a su casa, vive en las viviendas para personal sanitario del hospital, vive ella y una compañera también Española, la encuentro en casa, le digo lo de la crema, ella me dice que allí no puede hacerlo.
Fuimos hacer las compras para los dos a la Migros de la Sellaz, cogimos el bús donde nos dejaba mismo junto al mercado pequeño pero tenía de todo. Cogimos todo lo que necesitábamos, y ella no quiso que yo cogiera peso ninguno, volvimos a coger el bús que también nos dejaba junto a mi casa, ella trabajaba desde las tres de la tarde hasta las 10 de la noche aquella semana y ya no podía estar conmigo mucho tiempo, me hecho la crema en la espalda, y quedamos para el próximo día para comer juntos en mi casa, ella tenía fiesta todo el día. Esta noche la pase bastante mal, los dolores fueron a mas, solo esperaba que llegara la mañana para irme al médico, de cual forma que me pusiera no resistía, el dolor empezaba junto a la cabeza hasta el medio de la espalda, tome un calmante y me senté en una silla que era la forma que mas tiempo podía estar sin moverme. Estuve toda la noche sin cerrar un ojo, serian las siete de la mañana cuando me levante, me duche un poco, por que poco podía hacer y fui al médico del personal donde poco hizo, solo me dijo que continuara con el tratamiento que tenía y me aumento la dosis de los calmantes, en caso de necesidad. Al medio día llame a Tere para decirle si podía hacerme las compras, y no estaba en casa.

Como pude bajé a la Migros de la Riponne, no podía ni subir al autobús, hice pocas compras, solo lo necesario para llevar poco peso.
Cuando pasaba por la plaza del túnel, me pasa un taxi por mi lado, y dentro llevaba dos personas y el conductor una de ellas me hace señas como si me saludara, no hice caso, no las había conocido. Cuando estaba llegando a casa, vi que alguien estaba en el portal del edificio donde yo vivía, las fuerzas eran pocas las que llevaba, y los ánimos bajos, cuando llego al portal la sorpresa fue que la que estaba esperando a que alguien le abriera la puerta. Hacía unos meses que no veía a Marija, ya estaba casi olvidada, no quería estar en sus noches de grapa y borrachera, y además de aquella forma como me encontraba, inutilizado para todo, y menos para relación de pareja, ella me pregunta que es lo que tengo, yo le digo lo que me pasa, ella me coge la bolsa de la compra para que yo abriera la puerta del portal, me dice si puede entrar, yo le digo que si, la veo muy cariñosa, y me pregunto a mi mismo lo que querrá, por un lado me hacía falta una persona para hacerme de enfermera, y ella algo sabia de eso ya que trabajaba de ayudante de enfermera, le conté mi problema, y se pone toda enfadada por no recordarme de ella en tanto tiempo después de nuestras aventuras por la playa de Ouchy y por los montes de Vevey.

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